jueves, 21 de noviembre de 2013

Valentín González: “La energía nuclear será una energía puente, ineludible, hasta llegar a utilizar las renovables”



Presentación "El ciclo del combustible nuclear" / A. F.

  • Autor del libro El ciclo del combustible nuclear, publicado por la Universidad Autónoma de Madrid.
  • Este libro destierra algunos mitos. Por ejemplo, que el plutonio es el elemento más peligroso que existe.

La producción de combustible nuclear, su utilización en los reactores nucleares y los residuos radiactivos que se generan han sido actividades que, desde su inicio, han producido un impacto negativo en la sociedad. El objeto de este libro es explicar estas operaciones, que son cotidianas en un gran número de países, incluida España, para explicarlas al público en un lenguaje claro, ya que forman parte de los procesos normales de la ingeniería química y de las aplicaciones de la fisión nuclear a la producción de energía. El 20% de la electricidad producida en España proviene de este combustible y el 17% de la mundial.


P. ¿Por qué la energía nuclear tiene tan mala fama en España?

R. Tiene oposición en todo el mundo, en mayor o menor medida, probablemente al recordarnos la bomba atómica.



P. No obstante, ¿cree que ha evolucionado la opinión pública en los últimos años?

R. Las encuestas que realiza la Unión Europea reflejan una mayor aceptación, aunque hay muchas diferencias según los países. En España había mejorado mucho antes de Fukushima. No tenemos encuestas actualizadas.



P. ¿El que hubiera tantas candidaturas para albergar el almacén que finalmente se va a instalar en Villar de Cañas (Cuenca) contribuyó a mitigar la preocupación que genera este proceso?

R. En los municipios candidatos sin duda. Lo que ocurre es que las “preocupaciones” se trasladan a los municipios de alrededor de las instalaciones, algunas veces, según mi experiencia, como reacción a no haber sido elegidos.



P. ¿Es neutral este libro o se inclina hacia el lado de los defensores o hacia el de los detractores?

R. El libro se ha escrito para divulgar la tecnología y se ha tratado de que sea ecléctico. La divulgación de la ciencia y la tecnología es una de las “Misiones de la Universidad” según D. José Ortega y Gasset.



P. ¿Busca este obra una mayor aceptación social de este tipo de energía?

R. Su objetivo es explicar una tecnología actual al público como lo sería explicar los fundamentos de la telefonía móvil; es muy importante que el público conozca la ciencia y la tecnología actual para que apoyen la investigación científica que es la base de la sociedad tecnológica actual.



P. El debate de la energía nuclear gira en torno al medio ambiente, la seguridad y la economía. ¿Son incompatibles?

R. Desde el punto de vista medioambiental hay que recordar que la nuclear es lo que llamamos una energía libre de carbono. Por lo tanto, es una de las alternativas posibles al carbón y al gas. Por supuesto, hay que gestionar el combustible usado y eso se explica en el libro. Desde el punto de vista de la seguridad de suministro, el uranio es abundante y los productores fiables. Además, se puede reciclar y el coste de producción está en el orden de magnitud del carbón, petróleo y gas, aunque a estos no se les ha internalizado el coste de la gestión de sus residuos.



P. ¿Destierra algunos mitos en su obra?

R. Por ejemplo, que el plutonio es el elemento más peligroso que existe. En el libro se explica cómo se gestiona. También se explica que se puede reciclar e, incluso, en Estados Unidos se está construyendo una instalación para reciclar en los reactores comerciales el procedente de armamento, como resultado de los acuerdos con Rusia, para la disminución de este armamento.



P. Telegráficamente, ¿qué debemos tener claro en torno a este tipo de energía?

R. Las medidas de seguridad deben ser respetadas a ultranza. Esto significa que, las inversiones para prevenir accidentes, deben hacerse aunque la probabilidad de ocurrencia sea muy baja.



P. ¿Se conocen las consecuencias del almacenamiento de los residuos radiactivos?

R. Los estudios realizados muestran que, con las tecnologías actuales, un almacenamiento definitivo de estos residuos sería seguro a largo plazo y los residuos estarían confinados el tiempo suficiente para no causar impacto a las personas ni al medio ambiente.



P. ¿Hacia dónde cree que evolucionará el debate sobre la energía nuclear en los próximos años?

R. Creo que la energía nuclear será una energía puente, ineludible, hasta llegar a utilizar las energías renovables a precios competitivos, lo que precisa un mayor esfuerzo en investigación en estas energías. Mientras, solo la utilización de la energía nuclear puede moderar el cambio climático, si este va a ser, realmente, el reto de la humanidad en el presente siglo.



P. Dice que está escrito con un lenguaje claro.

R. El libro se ha escrito tratando de que las explicaciones sean comprendidas por cualquier persona interesada aunque no tenga formación científica. Una vez escrito, lo leyeron dos personas, no expertas en la materia, e identificaron las partes no explicadas claramente, que fueron reescritas para aumentar la comprensión. En fin, es un libro que me gustaría que leyeran alumnos de enseñanza secundaria, que son los futuros dirigentes del país.

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Valentín González. Doctor en Química Industrial por la Universidad Complutense de Madrid, es actualmente profesor de Ingeniería Química en la UAM. En su desarrollo profesional ha sido investigador del Ciclo de Combustible Nuclear en la antigua Junta de Energía Nuclear (hoy CIEMAT) y en el Centro de Investigación Nuclear de Karlsruhe, ha sido director de comunicación de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, ENRESA, de donde le viene su afición por la divulgación de la ciencia y la tecnología. Es miembro de la Real Academia Nacional de Farmacia.

Pie de foto. El libro se presentó anoche en el espacio UNE de la Librería Científica del CSIC Intervinieron, además del autor (dcha), el rector de la Universidad Autónoma de Madrid, José María Sanz (centro); Manuel Lozano Leyva, catedrático de Física Atómica y Nuclear de la Universidad de Sevilla (izqda); y Juan Manuel Guillem, profesor de la Facultad de Filosofía de la UAM y director de su Servicio de Publicaciones (de pie).