miércoles, 22 de abril de 2009

¿Son los autores los propietarios de sus artículos y de sus publicaciones?


¿Puede un autor colgar en una página web el artículo que ha publicado en una revista científica? ¿De quién son los derechos del artículo –o del libro-, del autor, del editor, de los dos o de ninguno? No hay duda de que la rápida evolución del mundo del libro y la edición, gracias a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, están transformando conceptos como los derechos de autor o la propiedad intelectual. Por ello, la London Book Fair que se inauguró ayer, 20 de abril, dedica uno de sus seminarios al tema de los derechos de autor y su impacto sobre las publicaciones académicas.

La London Book Fair (Feria del Libro de Londres), en la que, un año más, participa la Universitat de València, no sólo acoge expositores de todo el mundo, sino que, en sólo tres días de feria, se celebran más de 180 seminarios y actos paralelos, muestra de la gran vitalidad de un sector que agrupa a autores, agentes literarios, editores, impresores, distribuidores, proveedores de servicios, críticos literarios, bibliotecarios, docentes, libreros, etc. Todo ello la sitúa en un lugar destacado –sólo por detrás de Francfort- en el calendario editorial.

Uno de los seminarios, «Surviving the Future: How Author’s Rights Are Impacting Scholarly Publishing», ha debatido la cuestión de la propiedad intelectual a partir de dos ejemplos, uno de la edición académica y otro de la edición comercial privada.

En el primer caso, el ejemplo ha sido Oxford Journals, una división separada de Oxford University Press, una editorial académica, sin ánimo de lucro, que publica anualmente 230 revistas, de las cuales 30 son nuevos títulos aparecidos en 2009. Una cifra exorbitante que cubre un amplio abanico temático, desde las ciencias humanas y sociales a las ciencias puras y de la salud.

Estas doscientas revistas se comercializan básicamente por suscripción, mediante tres sistemas diferentes: suscripciones sólo a la edición impresa, suscripciones sólo a la edición on line y suscripción combinada a la edición impresa y a la on line.

El otro ejemplo es el de Nature Publishing Group, un grupo privado, que comprende unas 80 revistas y productos on line, entre las que predominan las de tema científico.

A pesar de las diferencias entre las dos editoriales y las revistas de uno y otro grupo, coinciden en considerar el artículo publicado –o el libro- de propiedad de los dos, del autor y del editor, sin excluir los derechos que puedan tener también las instituciones que han financiado la investigación (fundaciones privadas, ministerios, la misma universidad, etc.). El problema se presenta cuando el ejercicio de estos derechos puede resultar contradictorio. Por ejemplo, cuando el autor –o la universidad, o la institución que ha financiado la investigación- quieren publicarlo en formato abierto y gratuito (open access), en detrimento de la comercialización perseguida por el editor, tanto privado como público, académico, para sufragar los costos de la publicación o, en el caso de las editoriales privadas, obtener el beneficio correspondiente.

La práctica hoy imperante, y en la cual coinciden las dos editoriales, pero también muchas otras presentes en el seminario, es que el autor puede colgar en Internet –en su página web, en un repositorio institucional, en un repositorio temático o incluso en una revista open access- la versión original de su artículo, es decir, antes de ser aceptado para su publicación, revisado por peers, corregido, maquetado e impreso. Ni las editoriales académicas ni las privadas pedirán al autor que descuelgue el artículo. Tampoco pondrán demasiadas dificultades si el autor lo quiere colgar, una vez ya aceptado para su publicación, en un repositorio institucional o temático y en su web personal. Pero con un embargo de seis meses. Es decir, no podrá colgarlo hasta seis meses después de su publicación por parte de la revista o de la editorial.

Ahora bien, la autorización para colgar el artículo se limita sólo a la versión original, pre-print, no de la versión finalmente publicada (revisada, corregida, maquetada, etc.). Los autores no pueden escanear su artículo tal como ha aparecido publicado en una revista, porque el artículo ya no es sólo suyo, sino también del editor, que lo ha revisado, corregido, maquetado y publicado. Ello no quiere decir que haya perdido los derechos sobre su artículo. El autor puede reutilizar su texto, sin autorización del editor, para incluirlo como capítulo de un libro, para hacer uso de los gráficos y cuadros, para emplearlo en las clases. Pero no puede colgarlo, en la versión final que le ha dado el editor, ni publicarlo en una revista open access, sin el permiso del editor y, sobre todo, el pago de una cantidad determinada, ya que, en caso contrario, iría en contra de los derechos (y los intereses) del editor.

En resumen, la situación actual es: derechos compartidos entre el autor y el editor; posibilidad de colgar libremente el artículo en una página web personal o en un repositorio institucional, pero sólo de la versión original, pre-print; y posibilidad de colgarlo, incluso en una revista open access, en su versión final, publicada por el editor, a cambio de un canon por parte del mismo autor o de su institución.

Ésta es la situación actual, en la primavera de 2009, de los derechos de autor en las publicaciones académicas, a partir de las experiencias de dos gigantes del mundo de la edición, Oxford y Nature. Pero estamos en un mundo que evoluciona muy rápidamente, y en el que lo que es válido hoy y no lo es mañana.


Antoni Furió

martes, 7 de abril de 2009

El reto de la edición universitaria es fomentar el asociacionismo entre editoriales universitarias de iguales características



ENTREVISTA A...

César Sánchez Meléndez, director académico de Extensión Universitaria de la Universidad de Castilla-La Mancha, y Carmen Vázquez Varela, directora del Observatorio de Políticas Culturales de la misma Universidad.

Los responsables, entrante y saliente, respectivamente, de Publicaciones de la UCLM responden conjuntamente a este cuestionario.

¿Cómo llegaron a ser editores universitarios?
El Director de Publicaciones en la UCLM es un cargo académico de libre designación.

Esta responsabilidad ¿se elige o se acepta?
Se acepta meditadamente, con sumo gusto, tras la propuesta del Rector.

El trabajo ¿es como ustedes lo habían imaginado?
Sí, es tremendamente gratificante, aunque la carga administrativa aleja el trabajo de la imagen que teníamos en principio.

¿Qué es lo mejor?
Ver el resultado final, las obras publicadas y recibir las muestras de satisfacción de los autores.

¿Y lo peor?
Tener que explicar a algunos autores las razones del rechazo de sus trabajos y luchar por la difusión y comercialización de los libros en un mercado tan competitivo para este tipo de contenidos.

¿Conocen a todos los autores que publican en su editorial?
No, hay muchas solicitudes externas a la UCLM.

Para poder publicar en una editorial universitaria hay que…
Ajustarse a la normativa vigente, obtener una valoración externa favorable y contar con la disponibilidad económica del servicio de publicaciones.

¿Se devuelven muchos originales?
Aproximadamente un 10%.

¿Tienen best seller?
Siempre hay algunos títulos que funcionan especialmente bien.

El libro del que se sienten más orgullosos es…
La edición facsímil (México, Ignacio Cumplido, 1842) de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha y la edición también facsímil (Toledo, Juan de Ayala, 1539) de La regla de la Orden de Caballería del Señor Santiago de la Espada.

Y fue un error publicar…
Estamos satisfechos de todas las obras publicadas al margen de su mayor o menor éxito comercial.

¿Hay diferencia entre publicar en una editorial universitaria y otra que no lo es?
Sí, el primer criterio en cualquier edición universitaria nunca es estrictamente el comercial.

¿Qué tiene que hacer siempre un editor universitario?
Facilitar la posibilidad de acceder a contenidos y materiales procedentes de investigaciones en curso desde la esfera académica, siempre pioneras y abiertas al debate público.

¿Qué no debe hacer nunca?
Prescindir de los más estrictos criterios de rigor científico y académico, por ello mantenemos la política de revisores externos por pares.

¿Papel o iPod?
Los dos, cada uno en su lugar y tiempo.

¿Qué aporta la editorial a su Universidad?
Promover, promocionar y difundir la creación científica y técnica del personal docente e investigador de la universidad, así como la producción intelectual de aquellas personalidades relevantes vinculadas con nuestra comunidad científica.

El reto de la edición universitaria es…
Fomentar el asociacionismo entre editoriales universitarias de iguales características para mejorar la promoción y la difusión del libro universitario. Y en el momento actual, conseguir la justa valoración de las publicaciones universitarias por parte de la Comisión Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora.

Y el suyo, como responsable de la editorial de su Universidad…
Incrementar la difusión y comercialización de las publicaciones universitarias.

¿Qué imagen tienen las editoriales universitarias?
Editoriales muy vinculadas al mundo académico a las que les falta dar el salto hacia procedimientos que les permitan competir en un mercado controlado por las editoriales comerciales privadas.

Según usted, la UNE sirve para…
Plantear y defender objetivos comunes, para la mejor consecución de nuestros fines como editoriales universitarias.


Rosa de Bustos

jueves, 2 de abril de 2009

Curso sobre Gestión y Documentación Editorial de SEDIC

Se anuncia la celebración de un curso sobre "Gestión y Documentación Editorial: un artefacto llamado libro" para los días 4 y 5 de mayo, que organiza SEDIC, una de las principales asociaciones de profesionales de la Biblioteconomía y Documentación españolas. El curso pretende dar una visión global de todos los campos de la edición, como recoge el programa.

Entre las posibles consideraciones que se nos ocurren ante el curso, una es la existencia de una demanda de formación y actualización profesional en el campo de la edición, que está en una rápida evolución. Otra, la conexión y puntos de encuentro entre gestión editorial y gestión documental. Y también nos preguntamos si en las nuevas titulaciones de Grado que se están implantando en las universidades españolas, hemos logrado introducir (en titulaciones como Información y Documentación, Humanidades u otras) materias y competencias relacionadas con la gestión editorial en su conjunto, sus implicaciones culturales, educativas y de comunicación científica. Si la respuesta es negativa, habremos perdido una ocasión de incluir en la formación universitaria incial contenidos que contribuyan a la formación de vocaciones editoriales y el comienzo de la profesionalización desde los grados iniciales. Quedará por tanto el postgrado, los masters, y habrá que ver cómo se consolidan los existentes y cómo aparecen, responden a las necesidades y se financian los que puedan aparecer.