jueves, 31 de octubre de 2013

Guillermo Navarro: “El franquismo empleó en los sellos postales imágenes del mundo del arte para configurar su idea de España”


Presentación Autorretratos del Estado / Alejandro Fernández
  • Coordinador del libro Autorretratos del Estado. El sello postal del franquismo
  • Entrevista realizada por Prensa UNE, que puede ser utilizada íntegra o en parte por los medios de comunicación.
El Estado franquista fue consciente en todo momento del importante valor instrumental del sello postal como un medio en el cual podían configurarse mensajes ideológicos y propagandísticos, puesto que consideraba que su función no terminaba con el franqueo del envío sino que perduraba en el tiempo a través del coleccionismo. La gran difusión y permanencia en el tiempo de los valores filatélicos hizo al Estado franquista emitir, a través de este soporte, todo el ideario e imaginario del régimen para su asimilación por parte de la población de la manera más amable: a través de hermosas imágenes. Al actuar de este modo el franquismo empleó todos los recursos a su alcance en la producción gráfica para mostrarse bajo la mejor luz posible, se representó a sí mismo plasmando de dónde venía, a dónde quería ir y de qué estaba hecho. De este modo los sellos emitidos durante el régimen de Franco se convirtieron, en su conjunto, en un autorretrato del Estado.



P. Según estos estudios ¿cómo se vio a sí mismo el franquismo?


R. El franquismo, más que verse a sí mismo, pretendía mostrarse no solo como “la reserva espiritual de Occidente”, sino también como el salvador –siempre según el propio régimen– de España de la debacle a la que la veía abocada por la influencia de la democracia, el marxismo, etcétera.



P. Dicen ustedes que plasmó de dónde venía, a dónde quería ir y de qué estaba hecho.

R. El franquismo surgió de la parte (social e histórica) más conservadora y tradicionalista del país; quería mantener España dentro de esos mismos parámetros y estaba constituido por estamentos que coincidían, en muchos casos, con estos planteamientos.



P. ¿Y qué imágenes utilizó para transmitir esas ideas?

R. El franquismo empleó en los sellos postales, casi siempre, imágenes provenientes del mundo del arte; empleó –para configurar su idea de España– imaginería religiosa, imágenes que reflejaran las grandezas de la España de los Austria (de la que se declaraba heredero) e imágenes que dejaban bien claros los roles de los géneros dentro de la sociedad.



P. ¿Se pueden establecer períodos diferenciados?

R. Periodos claramente definidos no hay, pero sí se observan cambios en el tratamiento de ciertas temáticas, en especial la representación del Estado y su Jefe. Se pasa de una representación con iconografía quasi-fascista (antes del fin de la II Guerra Mundial) a una representación másconvencional, una vez España es admitida en organismos internacionales.



P. ¿Qué temáticas se fueron abordando durante los cuarenta años?

R. Las que establecía el Plan Iconográfico Nacional (5 de julio de 1944): El Estado, personalidades históricas (todas ellas aceptables por el franquismo), creaciones artísticas y literarias, monumentos y paisajes, flora y fauna y, también, “la iconografía de la acción de España en el mundo”.



P. ¿Hubo diferencias entre los sellos que se imprimieron para el interior del país y para el extranjero?

R. Sobre eso básicamente sólo se puede conjeturar. Hay emisiones de sellos, como los del V Centenario del nacimiento de Isabel la Católica, en los que pueden apreciarse diferencias de representación entre los sellos de correo ordinario y los de correo aéreo. En estos últimos –muchos de los cuales podemos suponer irían destinados al extranjero, aunque, tratándose de emisiones conmemorativas, es arriesgado afirmarlo– la imagen de Isabel la Católica está adaptada a un criterio de representación, digamos, más internacional.



P. ¿Cuál fue la mayor evolución a lo largo de los cuarenta años, a su modo de ver?

R. Aparte del mostrarse menos militar/fascista (aunque el franquismo siempre careció de los rasgos de modernidad del fascismo) mencionado anteriormente, el mayor cambio fue de producción y tecnológico.



P. ¿Qué es lo que más llama la atención en cuanto al tratamiento de la imagen?

R. Que cuando se trataba de conmemorar a un artista y su obra se tendía –siempre y cuando la tecnología lo permitiera– a reproducir fotográficamente y a todo color las obras. Mientras que los sellos que conmemoraban monumentos y personajes que se querían aquilatar se empleaba la calcografía, consiguiendo el aspecto de un grabado tradicional que existe en el imaginario colectivo.



P. ¿Cuáles fueron las imágenes más usadas y de dónde provenían?

R. Los originales de la mayoría de las imágenes, como se ha dicho anteriormente, provenían del mundo del arte. Y de estas, las más empleadas eran los retratos, utilizadas para ilustrar sellos que conmemoraran a un personaje determinado. Este procedimiento estaba establecido por el Plan Iconográfico Nacional.



P. ¿Qué impacto social tuvo?

R. Esto es algo muy complicado de cuantificar si no existen encuestas o estudios de mercado. Lo que sí ha permeado en la sociedad es la importancia intrínseca que cualquiera de nosotros le asigna a todos aquellos temas o personajes que aparecen en un sello postal.

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Guillermo Navarro Oltra es Doctor por la Universidad de Castilla-La Mancha y profesor de Diseño gráfico y digital en las Facultades de Bellas Artes y Periodismo de dicha Universidad.

Pie de foto: La obra, coedición de las Universidades de Castilla-La Mancha y Cantabria, se presentó anoche en el espacio UNE de la Librería Científica del CSIC. Intervinieron: María Ángeles Zurilla Cariñana, vicerrectora de Cultura y Extensión Universitaria de la Universidad de Castilla-La Mancha; David Moriente Díaz, coautor (dcha); y Guillermo Navarro Oltra, coordinador de la obra (izqda.)