lunes, 9 de mayo de 2016

“Todas las drogodependencias tienen consecuencias negativas sobre las respuesta sexual y la función reproductora”

José Luis Sancho Acero (i), Fernando Pérez del Río (c) y Manuel Mestre Guardiola (d). / A.F

  • Entrevista con Fernando Pérez del Río y Manuel Mestre Guardiola coautores del libro "Drogodependencia y sexualidad", publicado por Biblioteca Nueva y Universidad de Burgos

Este libro, pionero por vincular y ordenar las drogodependencias y la sexualidad, está a caballo entre la teoría y el ejercicio de la práctica diaria. De corte humanista, favorece el propósito de hablar de la vivencia de la sexualidad en personas con problemas adictivos, de lo que les ocurre en realidad y de cómo pueden ser ayudadas con tratamientos adecuados.


P. ¿Por qué esta obra es pionera?
R. Cuando en 1998 comenzamos a trabajar el área de la salud sexual con usuarios de programas de atención a drogodependientes no encontrábamos apenas materiales sobre ello. En aquel momento, tomando influencias de diversos autores y maestros, fuimos creando un modo propio de abordar aquella tarea. Ambos autores coincidíamos en la escasez de trabajos publicados al respecto y ello nos animó a escribir este texto.


P. ¿A quiénes va dirigida?
R. En general, a profesionales vinculados con la educación y la esfera sanitaria. Se trata de un manual adecuado para todos aquellos profesionales con interés en trabajar la sexualidad en ámbitos como comunidades terapéuticas, prisiones o centros de atención a menores y colegios. Incluso docentes y estudiantes que pretendan abordar la dimensión sexual humana con adolescentes pueden encontrar aquí un adecuado material.


P. ¿Cuál es la educación de los españoles hoy? ¿En qué hemos avanzado y en qué retrocedido en las últimas décadas?
R. Es cierto que hoy en día, en comparación con generaciones anteriores, contamos con mucha información, sobre todo en Internet, sin embargo esto no asegura una población bien informada, ni mucho menos bien formada. Nos encontramos con una amplia variedad en cuanto a valores y actitudes: desde las más conservadoras hasta las más liberales, desde la homofobia a la aceptación de la diversidad sexual. En general nos sigue haciendo falta la educación sexual.


P. ¿Y cuál es la educación sexual de los adolescente y jóvenes? ¿Cómo viven su sexualidad?
R. Consideramos que los adolescentes actuales reciben muchos estímulos sexuales (publicidad, cine, televisión...). Sin embargo, la educación sexual en los centros educativos no está asegurada y depende de la iniciativa de cada centro o incluso de cada docente. Además, los jóvenes viven su despertar sexual con cierta presión ambiental. Sirva como ejemplo la pregunta que nos hacía llegar una alumna de 1º de ESO: ¿por qué cuando alguien dice que “no quiere hacer eso” le miran raro? Por ello a los jóvenes hay que enseñarles sobre todo habilidades sociales que les ayuden a lidiar con esa y otras presiones.


P. Leemos en el prólogo del libro que se ha pasado de la “represión del pasado” a la “presión consumista compulsiva del presente”. ¿Qué o quién ejerce esa presión en el momento actual?
R. Una sociedad en la que el sexo llega a ser tratado como un objeto más de consumo. Pensemos en la prostitución o la industria del porno. Entre la juventud tener numerosas relaciones sexuales se convierte en sinónimo de éxito y quien no las tiene parece un ser extraño. Félix López, quién amablemente nos regaló el prólogo, comenta como anécdota que incluso los ancianos en las residencias en ocasiones se quejan de que se sienten obligados a tener relaciones y, con gracia, defienden el derecho a que les dejen en paz.


P. ¿Cómo afectan las drogas a la sexualidad?
R. Los efectos estimulantes o afrodisiacos no son seguros y dependerán del tipo de sustancia, la cantidad o las expectativas puestas en ese consumo. La mayoría de las veces es por el llamado efecto placebo. Lo cierto es que todas las drogodependencias, a medio y largo plazo, tienen consecuencias negativas sobre la respuesta sexual y la función reproductora: problemas de erección, trastornos eyaculatorios en hombres, dificultad para llegar al orgasmo en mujeres y, en ambos sexos, disminución del deseo sexual y de la fertilidad.


P. Las relaciones entre drogas y sexualidad ¿es un vínculo pasajero?, ¿ha llegado para quedarse?, ¿cómo ha evolucionado desde que ustedes investigan esta relación?
R. No podemos asegurar si en mayor o menor medida que antes, pero la asociación entre drogas y sexualidad sigue presente hoy en día y no es algo que vaya a cambiar a menos que los gobiernos tomen medidas educativas. Por ejemplo, conocemos el uso del alcohol asociado a la práctica de conductas sexuales entre la juventud. Estudios recientes como el de Pérez Escudero (2014), realizado con una amplia muestra de 1216 alumnos entre 4º ESO y 1º de bachillerato, encuentran que un 45% de ellos así lo manifiesta. Es una triste realidad a la que nuestra sociedad deberá hacer frente.


P. ¿Cuáles son los colectivos más vulnerables?
R. En el área de la salud sexual los adolescentes, sobre todo los más jóvenes, dado que asumen más riesgos cuando tienen conductas sexuales. A medida que avanzan en edad tienen prácticas más seguras.


P. ¿Se pueden prevenir las situaciones de abusos sexuales?
R. Los abusos sexuales disminuyeron en los años 90 en EEUU debido a que las nuevas legislaciones penalizaban de manera más contundente esos actos. La otra vía es la educativa preventiva.


P. ¿Cómo se enfrentan las personas con problemas adictivos al sexo a sus tratamientos?
R. Como en otras adicciones el primer paso, fundamental y generalmente difícil, es la toma de conciencia de tener un problema, en este caso con el sexo. Una vez la persona acepta la necesidad de ayuda puede comenzar el tratamiento que deberá ser adaptado a cada paciente.


P. Ustedes incluyen en el libro unos talleres novedosos para trabajo en grupo. ¿Qué beneficios han observado en estas dinámicas?
R. Podemos hablar de aquello que observamos, que nos cuentan y evaluamos. En general los asistentes hacen una valoración muy positiva de los talleres. Aseguran que les ayuda a hablar de sexualidad con sus parejas, a entender cosas que les pasan, a quitar peso a determinados miedos o preocupaciones sobre su sexualidad. En general consideramos que favorece el autoconocimiento y mejora la autoaceptación.



Pie de foto: El libro se presentó el viernes 6 de mayo en el espacio UNE de la Librería del BOE.