lunes, 20 de febrero de 2017

“Hasta que no aprendamos a sintetizar el impacto científico, no seremos capaces de diseñar ningún algoritmo que lo mida”

La revolución de Google Scholar. Destapando la caja de Pandora académica se presentó esta mañana en el espacio UNE de la Librería del BOE
En la imagen, de izquierda a derecha: Emilio Delgado, Enrique Orduña-Malea, Alberto Martín Martín y Juan M. Ayllón / A.F.
  • Entrevista con Emilio Delgado López-Cózar, coautor de “La revolución de Google Scholar. Destapando la caja de Pandora académica”, publicado por la UNE
Este libro, del que son autores Emilio Delgado López-Cózar, Enrique Orduña-Malea, Alberto Martín-Martín y Juan M. Ayllón, describe minuciosamente las características y prestaciones de este buscador que se ha convertido en una valiosísima fuente de datos para la evaluación científica.


P. Definido de una manera simple, Google Scholar es la herramienta que ofrece Google para buscar la información y la bibliografía científica que se aloja en la World Wide Web. En su opinión, ¿qué características generales presenta esta herramienta que la hace tan disruptiva para la “encontrabilidad” del contenido científico?

R. Google Scholar ha supuesto una auténtica revolución en la forma de buscar, encontrar y acceder a la información científica. En la actualidad es la mayor base de datos bibliográfica de información científica. Al rastrear en la Web toda la variopinta tipología de documentos de corte académico generados por los científicos en su actividad cotidiana (libros, capítulos, artículos de revistas científicas, material docente, tesis, ponencias y comunicaciones en congresos, informes, patentes…), y al hacerlo en todos países e idiomas, ofrece respuesta a múltiples necesidades de información científico. Y todo esto el buscador lo hace de forma simple, sencilla, muy rápida y de forma gratuita.


P. El modelo de negocio de los actuales índices de impacto, por tanto, ¿está amenazado por la popularización de esta herramienta?
R. No creemos que estas empresas estén amenazadas, al menos por el momento, aunque Google Scholar ha espoleado la competencia. No obstante, la respuesta a esta pregunta difiere dependiendo de si hablamos de las prestaciones bibliográficas o bibliométricas de las bases de datos. Desde un punto de vista bibliográfico, Google Scholar se ha erigido en el buscador más popular y usado por los científicos y, desde luego, que ha mermado el uso del resto de herramientas de búsqueda. Ahora bien, desde el punto de vista bibliométrico todavía no podemos decir que es una auténtica amenaza. Hemos de entender que las bases de datos bibliográficas con información bibliométrica (Scopus y WoS) son utilizadas en la actualidad por las agencias de evaluación del desempeño académico. Mientras Google Scholar no forme parte de ese entorno, las bases de datos bibliográficas no tienen por qué verse amenazadas. En definitiva, lo que sí ha cambiado es el uso de las plataformas para la búsqueda de información. La principal razón para usar Web of Science y Scopus en la actualidad no es la “encontrabilidad” de contenido científico.



P. ¿Qué papel puede desempeñar Google Scholar en un escenario donde la literatura científica tiende al Open Access?

R. Google Scholar se nutre de los contenidos proporcionados por los repositorios, tanto temáticos como institucionales. Sin Open Access, Google Scholar probablemente sería un producto diferente. Gracias a su capacidad de surcar todos los mares del conocimiento científico y arribar a los puertos donde este se almacena, Google Scholar se convierte en el intermediario imprescindible entre el productor y el consumidor de información académica, a día de hoy. Gracias a sus potentes rastreadores está facilitando el acceso abierto de manera notable, especialmente para aquellos que más lo necesitan y que menos recursos disponen para adquirir las costosas bases de datos bibliográficas.



P. Según destaca en su libro, Google Scholar actualmente ya es un producto maduro, tanto en cobertura de contenidos como en precisión de búsqueda. Por otro lado, cada vez hay más políticas para favorecer el Open Access. ¿Cree que la amenaza que se cierne sobre Elsevier, Wiley, Springer, etc., es necesariamente grave? ¿Están las editoriales grandes tomando alguna medida al respecto?
R. La amenaza no creemos que radique en Google Scholar, sino en los cambios que la Web ha generado en los circuitos de publicación y comunicación científica, en sentido amplio. El rol de las revistas en el nuevo escenario científico es el que está en peligro. Las revistas y las editoriales sobrevivirán si son capaces de entender los cambios y adaptarse. No sobrevive el más fuerte, sino el que tiene mejor capacidad de adaptación.



P. Si Google Scholar continúa popularizándose al ritmo actual, ¿qué medidas se deberían adoptar para evitar una excesiva dependencia o googlelización, como dice usted en su libro?


R. Google Scholar es un producto más de Google. De hecho, ni siquiera es de los más importantes, está mantenido por un grupo relativamente pequeño de personas. Es un producto querido dentro de la compañía, donde una gran parte de los empleados son investigadores y académicos. El peligro a que Google desaparezca no es remoto. Una dependencia excesiva hacia un producto que puede desaparecer o cambiar completamente no sería una estrategia inteligente. Existen en la actualidad otros productos similares (como Microsoft Search, Semantic Scholar o incluso Research Gate) pero que no son tan eficientes en la búsqueda de información ni tienen la cobertura de citas de Google Scholar. La googlelización se atenuará si surgen otros productos que ofrezcan mejores prestaciones que las que actualmente proporciona Google Scholar. Este mundo es muy cambiante y lo que parece sólido puede derrumbarse de la noche a la mañana. Alguién se acuerda de altavista, nestcape, wordperfect… ¿Medidas? Si una compañía californiana ha creado un buscador científico, ¿por qué no lo iba a poder realizar Europa?



P. En su opinión, ¿de qué forma deberían repensar su lugar las bibliotecas universitarias para seguir aportando valor a la cadena del acceso al contenido científico?
R. Lamentablemente, las bibliotecas universitarias están heridas de muerte. La información científica, algo que las hace distinguibles de otras bibliotecas, puede ser una de sus tablas de salvación. Las bibliotecas deben seguir proporcionando depósito al acervo científico creado por la institución, pero deben enfocar sus objetivos hacia la oferta de servicios de valor añadido. El usuario no busca en la biblioteca pudiendo tener el mundo a golpe de clic. Ahora bien la biblioteca puede formar y educar a los investigadores nóveles en las nuevas herramientas de búsqueda de información y, en general, asesorar, e incluso, pilotar los procesos de evaluación del rendimiento de la investigación a la que son sometidas sus instituciones y sus investigadores.



P. En realidad, Google Scholar puede llegar a ofrecer la herramienta perfecta para medir el impacto científico. ¿Está de acuerdo con esto? ¿Se podrá llegar a formular el algoritmo perfecto que mida el impacto real de cada paper?


R. No creemos que exista una herramienta perfecta para medir el impacto científico, porque medir el impacto científico ya es una tarea bastante imperfecta en sí misma. La tendencia nos lleva a disponer de una variedad de métricas cada vez más amplias, con mayor cobertura y velocidad de actualización. Esto nos lleva a la necesidad de la instantaneidad. Mientras que en Scopus/WoS puedo tener que esperar meses para observar una cita recibida, en Google Scholar puedo tener una notificación a los días de que el artículo citante esté online. Sin embargo, el problema es que la noción de qué es impacto científico no está tan clara. El número de citas es una faceta de este impacto, pero solamente una. Hasta que no aprendamos a sintetizar el impacto, no seremos capaces de diseñar ningún algoritmo que lo mida. Y luego habrá que saber interpretarlo.



P. Por último, ¿es Sci-hub el Napster de las revistas científicas? ¿Qué aviso nos está comunicando esta iniciativa (ilegal) para la comunidad científica y qué nuevo escenario de posibilidades se abre?

R. Sí, podría decirse que es un símil apropiado. Es una pregunta difícil. Toda investigación financiada con fondos públicos debería estar disponible en abierto a través de preprints. Si esto fuera así, iniciativas como Sci-Hub no serían necesarias. El aviso es que la comunidad necesita acceder a información. Hay demanda. Si los usuarios no pueden acceder, la tecnología ya ha desarrollado medios para acceder a la información. Quizás la solución no sea prohibir ni perseguir, sino la de generar alternativas justas a los investigadores que necesitan información, si ésta ha sido financiada de forma pública. Con todo, las revistas pueden aportan valor añadido a los contenidos, proporcionan difusión, otorgan prestigio a los autores e instituciones… Es un modelo de negocio tan válido como cualquier otro. La solución pasará por el establecimiento de modelos de negocio diferentes. La demanda de información viene del mundo académico, no de fuera. La relación de las revistas con los suscriptores institucionales ya no va a volver a ser nunca la que fue. El mundo cambió, y el rol de las revistas también. Un autor ya no necesita una revista para ser leído, y en ocasiones ni para obtener prestigio. Con esos mimbres se tendrá que pergeñar un nuevo escenario.



PIE DE FOTO. La revolución de Google Scholar. Destapando la caja de Pandora académica se presentó esta mañana en el espacio UNE de la Librería del BOE. En la imagen, de izquierda a derecha: Emilio Delgado, Enrique Orduña-Malea, Alberto Martín Martín y Juan M. Ayllón.