jueves, 17 de septiembre de 2015

Alfons Luna: “Los políticos españoles y catalanes están lejos del pragmatismo de los británicos”

Presentación "Archie Robertson tiene la palabra" / Documenta 
  • Autor del libro Archie Robertson tiene la palabra. Cómo los escoceses dijeron ‘no’ a su independencia, publicado por Editorial UOC

Los electores escoceses tenían razones poderosas e íntimas para oponerse o defender la independencia en el referéndum del 18 de septiembre. Este libro es una instantánea de esos votantes, la narración de cómo se vivió la cita histórica a ras de tierra, en las calles de Glasgow o Edimburgo, a través de la mirada de los escoceses, pero también de los inmigrantes o de los catalanes que viajaron para la ocasión.


P. Qué le llevó a escribir este libro?

R. La sensación de que muchas historias que escuché aquellos días se quedaron en el tintero. Y la voluntad de desdramatizar y abordar la independencia con tranquilidad, porque este asunto se está viviendo con gran angustia. El anciano Archie Robertson era un ejemplo de cómo afrontarlo con serenidad, por eso le dediqué el título.



P. ¿Qué aporta este largo reportaje al debate sobre las elecciones del 27 de septiembre en Cataluña?


R. Una explicación sobre cómo se posiciona la gente cuando tiene que elegir entre dos opciones. El libro reserva un espacio muy importante a las convicciones y situaciones personales de los electores, el mismo que uno le concedería a un amigo... si los amigos se dejasen hablar.



P. Cuáles son, a su modo de ver, las principales similitudes entre el proceso vivido en Escocia hace un año y el que está viviendo Cataluña?

R. Hay pocas. En Escocia fue todo más previsible porque se ajustó a un guion pactado. Eso templó mucho los ánimos. Eso en cuanto al fondo. También hay grandes diferencias en las formas, porque la expresión política en el Reino Unido no es tan exuberante, tiene el tono de una charla de pub en un día frío y lluvioso.



P. Cuáles son las diferencias más notables?

R. En Escocia no se habló de temas constitucionales o históricos. No hubieran acabado nunca: firmaron un acuerdo de unión de igual a igual, pero llevaban matándose desde que el deshielo permitió a los hombres del sur de Gran Bretaña, donde hoy viven los ingleses, asomarse al norte.



P. Cómo valora la actitud de los partidos políticos catalanes y españoles en este proceso?

R. Los políticos españoles y catalanes están lejos del pragmatismo de los británicos. En Escocia e Inglaterra hay mucho contacto entre bastidores y mucha serenidad en los pronunciamientos. La idea es que hay que poder retirar el agua del fuego antes de que hierva. Aquí parece haberse superado de largo la posibilidad de un acuerdo que salve la cara a todo el mundo.



P. ¿Y la de los medios de comunicación?

R. Los medios privados no deben mentir, pero son libres de escoger su línea editorial y las causas que defienden. A los públicos se les ha de exigir independencia, imparcialidad y espacio para las principales posiciones cuando se discute un tema polémico. Como hace la BBC, que inspira confianza a todo el mundo menos a los conservadores británicos.



P. Encuentra coincidencias entre el comportamiento de la sociedad catalana y escocesa en esta etapa?

R. Escocia ignoró soberanamente la historia. Había que parar mucho el oído para oír una alusión a Stirling, donde William Wallace, Braveheart, derrotó a los ingleses en 1297, o a Culloden, donde en 1745 los ingleses sofocaron la última gran rebelión escocesa. En Cataluña se ha hablado casi tanto de 1714 o la Transición como de fútbol.



P. En su reportaje aparecen varios relatos sobre escoceses de a pie que revelan las razones y el sentir de los ciudadanos comunes en esos días. ¿Conoce muchas historias de ciudadanos catalanes que podrían resultar igualmente simbólicas de cómo los catalanes se enfrentan a este proceso?

R. Escogí historias arquetípicas: el jubilado acostumbrado a convivir con los británicos y a cobrar puntualmente la pensión, el vecino de los suburbios indignado con sus condiciones de vida, el intelectual nacionalista y el que no lo es. Son figuras que existen en cualquier sitio, incluyendo Cataluña.



P. Usted trabaja ahora en Londres, en la Agencia France-Presse. ¿Cómo se están siguiendo las elecciones catalanas del 27S en el Reino Unido?

R. He visto estos días entrevistas con Romeva, en la BBC, y con Mas, en el Financial Times. Pero la competencia por las páginas de internacional es dura, y hay ahora temas más apremiantes, como el de los refugiados que están llegando a Europa o la guerra civil en Siria. Cataluña tendrá su momento en los medios británicos, pero será más cerca del 27 de septiembre.



P. Como periodista, ¿qué es lo que más le interesa de las próximas semanas?

R. No veo mucho espacio para las sorpresas en la campaña, hemos tenido ya de todo y todo se ha superado: los desbarajustes de Junts pel Sí, el efecto Albiol, los registros de la fundación de Convergència... Creo que lo más interesante vendrá luego, cuando se conozcan los resultados y los protagonistas empiecen a administrarlos.



Pie de foto: El libro se presentó anoche en el espacio UNE de la Librería Documenta de Barcelona. Intervinieron: Jordi Juste, director de la colección Reportajes 360 grados de Editorial UOC (d); Lluís Amiguet, periodista de La Vanguardia (i); y el autor, Alfons Luna (c).