miércoles, 15 de junio de 2016

Entrevista con Carmina Puig, autora del libro La supervisión en la acción social, publicado por la Universitat Rovira i Virgili

Entrevista con Carmina Puig
  • “Los profesionales son el recurso más valioso de los dispositivos de atención psicosocial y deben de cuidarse para poder cuidar.”
  • “La supervisión y el asesoramiento es una práctica que no recibe un reconocimiento legal en todo el territorio”

Este libro desarrolla y profundiza en la supervisión como un proceso que suele desenvolverse y aplicarse tanto en el ejercicio profesional como en la formación académica o continua, y que tiene como objetivo reflexionar y revisar el quehacer profesional y los sentimientos que acompañan la actividad, así como contrastar los marcos teóricos y conceptuales con la práctica cotidiana. Se concibe, pues, como un espacio de formación y renovación a lo largo del ejercicio profesional, en el que cabe preguntarse, dudar y canalizar, en ocasiones, la imposibilidad del hallazgo de soluciones.



P. ¿En qué consiste la supervisión en la acción social?

R. La supervisión es una forma de atención y cuidado de los profesionales. Al mismo tiempo es un espacio de reflexión y de análisis de la propia práctica, un meta-trabajo sobre las tareas que se llevan a cabo. Permite mejorar las metodologías y las intervenciones profesionales. Incluye elementos de aprendizaje, de apoyo y de formación, pero en ningún caso tiene funciones de control. Se puede hacer de manera individual, en grupo o equipos de trabajo, tiene lugar normalmente en sesiones mensuales.



P. ¿Cuándo, dónde y por qué surge esta necesidad?

R. Los profesionales son el recurso más valioso de los dispositivos de atención psicosocial, y deben de cuidarse para poder cuidar. Cada día se enfrentan con historias de superación, pero también de dolor y de frustración, que los confrontan con ellos mismos. La supervisión contribuye a la generación de consciencia sobre los efectos que produce el trabajar con situaciones de riesgo psicosocial y promover la atención y la proactividad en lugar de instalarse en el malestar.



P. ¿La figura del supervisor es una figura contemplada legalmente en España? ¿Y en otros países?

R. Si bien la supervisión y el asesoramiento es una práctica común, aceptada y reconocida técnicamente no recibe, por el momento, reconocimiento legal en todo el territorio. Cataluña la incluye en la ley 12/2007, de 11 de octubre de Servicios Sociales, en su artículo 45 de medidas de soporte y protección a los profesionales. En él se establece que las organizaciones de servicios sociales (públicos) han de garantizar a los profesionales supervisión, soporte técnico y formación permanente que les permita dar respuesta adecuada a las necesidades y demandas de la población. En países como Inglaterra, Alemania o EUA la figura del supervisor en el ámbito social está ampliamente desarrollada.



P. ¿En qué sectores se procede habitualmente a una supervisión de los profesionales?

R. Los sectores más habituales son aquellos en los que los profesionales realizan una función de ayuda, soporte o educativa. Sectores de los servicios sociales, la educación y la sanidad.



P. ¿En cuáles no se hace y debería contemplarse?

R. De manera prioritaria en todos aquellos ámbitos donde los profesionales se exponen al desgaste personal y psicosocial que suponen los trabajos de educación, salud, servicios sociales y de atención y cuidado de las personas, todos ellos requieren herramientas y mecanismos de apoyo y reflexión.



P. ¿Quién demanda o debe demandar este servicio: el profesional o la organización en la que trabaja el profesional social?

R. Ambos pueden ser los demandantes de este servicio. Aunque es recomendable que sean las organizaciones, instituciones quienes contraten y faciliten este dispositivo.



P. ¿Supervisión es control?

R. Se tiene que diferenciar la supervisión del control administrativo. El supervisor colabora con el equipo, sin responsabilidades directas ni control administrativo, no tiene ninguna posición jerárquica. El supervisor tiene que ser independiente y foráneo de la institución contratante.



P. ¿A qué ayuda la supervisión de los profesionales?

R. Facilita los procesos de trabajos internos, clarifica tareas y funciones de los diferentes interventores. Ayuda, como otros apoyos técnicos, en la planificación y en la evaluación de programa y colabora al comprender las diversas dimensiones del funcionamiento de la organización y como estos afectan a la tarea profesional. Son objetivos de la supervisión aumentar la capacitación y el desarrollo profesional para realizar su trabajo específico; identificar los mejores posicionamientos profesionales en relación a los profesionales de otras instituciones o áreas de la misma organización; favorecer la comunicación y la cohesión entre diferentes profesionales y disciplinas incrementando el potencial y la especificidad de cada miembro; y posibilitar el aumento de calidad de los servicios ampliando la perspectiva en situaciones donde se siente en conflicto, sea en relación a las personas atendidas u otras organizaciones.



P. Usted es supervisora. ¿Cuáles son los profesionales que más reclaman esta intervención en nuestro país?

R. Aquellos ámbitos psicosociales y sanitarios y educativos donde se está en contacto con las necesidades sociales y humanas.



P. ¿Cómo ha evolucionado la demanda de este servicio en los últimos años en España?

R. Progresivamente esta práctica va introduciéndose siendo cada vez más solicitada y apreciada tanto por los profesionales como por las organizaciones porque sus objetivos están en relación directa con la eficacia y eficiencia de los servicios.



El libro se presentó el lunes 13 de junio, en el espacio UNE de la Librería Documenta de Barcelona.