lunes, 30 de noviembre de 2015

Alfonso Elorriaga: “El desarrollo del oído musical nos abre nuevos horizontes, nuevas emociones y nos transporta al mundo de lo sutil”

Presentación ¡Música, maestros! y Didáctica de la música/ A. F

  • Juan Gómez Espinosa: “La música ahonda en un medio de expresión que barre fronteras, ideologías y creencias”
  • Autores de ¡Música, maestros! y Didáctica de la música, respectivamente, publicados por la Universidad Internacional de La Rioja.

P. ¿Cuál es la situación de la enseñanza de música en las aulas españolas tras la nueva ley de educación?

Alfonso Elorriaga. La asignatura de música permanece en una situación precaria, que es realmente alarmante en la primaria, con tan sólo una hora a la semana. En secundaria ha dejado de ser una asignatura troncal, obligatoria, para pasar a depender de lo que cada Comunidad Autónoma decida.

Juan Gómez Espinosa. Lamentable; no solo no se ha profundizado en contenidos y metodología, sino que la educación musical pierde horas lectivas en las aulas. Digamos que esta ley ha sido un golpe mortal para un enfermo que tal vez estuviera delicado, pero no moribundo.



P. ¿Cuál podría ser la tendencia en los futuros planes de estudio? ¿Y cuál debería ser?

Alfonso Elorriaga. Espero que los legisladores comprendan el valor formativo de las artes escénicas, que desarrollan la creatividad, la inteligencia emocional y la autoestima de una forma privilegiada y mejoran el arraigo y la convivencia en los centros educativos.

Juan Gómez Espinosa. La tendencia debería ser alejar la pedagogía de la política y pragmáticas teorías económicas. La música debería mostrarse como lo que realmente es: un medio de expresión no elitista, capaz de relacionarse íntimamente con otras materias y disciplinas, heterogéneo y dinámico. Para ello, es necesario impartir la música desde un enfoque activo y multidisciplinar.



P. Existe diferencia entre nuestro país y otros de nuestro entorno acerca del peso de esta asignatura en la educación obligatoria?

Alfonso Elorriaga. Sí, mucha. En los países centroeuropeos y sobre todo en los anglosajones existe una gran tradición escénica escolar de altísimo nivel. Por ejemplo, es muy normal que un coro norteamericano de secundaria sea mucho más competitivo que un coro universitario español.

Juan Gómez Espinosa. En las aulas de la mayoría de los países de nuestro entorno las prácticas instrumental y vocal, así como el movimiento y el análisis del lenguaje sonoro, son cuidados con mimo, respeto y dinamismo. Hablamos, claro, de países en los que la música cuenta con un aval social promovido, en primer lugar, por el Estado.



P. Suiza va a garantizar la educación musical de niños y jóvenes incorporando la norma a la Constitución, tras una petición popular. ¿Qué opinión le merece la iniciativa?

Alfonso Elorriaga. Propia de una sociedad avanzada que entiende que la educación es la puerta de la cultura, y la cultura, el camino a la humanización.

Juan Gómez Espinosa. La iniciativa, en sí, merece mi aplauso. Que salga de una petición popular, me llena de envidia. Como he dicho antes, se trata de un país en el que la música cuenta con aval social.



P. Si la enseñanza musical se rebaja en las horas lectivas de la educación obligatoria ¿podría o debería desplazarse a otros entornos educativos?

Alfonso Elorriaga. Ya está tan baja, que sólo quedaría hacerla desaparecer. El desprecio y la ignorancia sobre la educación musical nos hacen olvidar que un buen profesor de Música genera cultura en su entorno social más inmediato.

Juan Gómez Espinosa. El Estado debería garantizar una educación obligatoria eficaz y profunda de todas las materias, no solo de la música; si alguna de ellas se desplaza a otros entornos docentes por falta de medios, la sociedad habrá fracasado en su base: la educación.



P. ¿Ha evolucionado la enseñanza de la música en los colegios en los últimos años?

Alfonso Elorriaga. Ha evolucionado gracias a las nuevas tecnologías, que no deberían sustituir la práctica musical directa, sino complementarla.

Juan Gómez Espinosa. A raíz de ser implantada la LOGSE, se experimentó un aumento en la calidad de la enseñanza musical, ya que por fin entraron en las aulas profesores con conocimientos profundos de la materia. Los docentes han hecho lo que han podido, pero sin apoyo social, ni estatal, el esfuerzo es titánico y poco gratificante. Y con la nueva legislación, el panorama se vuelve descorazonador.



P. ¿Cuáles son las nuevas tendencias?


Alfonso Elorriaga. Un cambio de paradigma metodológico. Los docentes deben conocer su contexto educativo para satisfacer las necesidades psicológicas, sociales e intelectuales de sus estudiantes. Ya no hay recetas universales. Ahora bien, esto no debe hacerse sin renunciar a un alto nivel de autoexigencia y calidad profesional.

Juan Gómez Espinosa. En los países avanzados, la docencia es predominantemente activa, cuidando bien la interpretación instrumental y vocal, el movimiento, y el desarrollo de la apreciación auditiva. Con esta parte activa bien articulada, la teoría es asimilada con una mayor naturalidad.



P. ¿Cómo recogen sus libros estas nuevas tendencias?

Alfonso Elorriaga. Hablamos de la investigación-acción como el método más propicio para mejorar la práctica docente. La docencia bien entendida comienza con un sentido sano de autocrítica y un espíritu de renovación constante.

Juan Gómez Espinosa. Apostando tanto por la transversalidad como por el dinamismo y el disfrute en la enseñanza.



P. Sus libros no son solo un manual sino obras de divulgación. ¿Ha sido difícil aunar ambas? porque a veces parece que se oponen. ¿Por qué esta doble perspectiva?

Alfonso Elorriaga. En muchas ocasiones se presenta la música bajo un lenguaje muy técnico y una perspectiva muy mitificada. En ¡Música, maestros! me centro no tanto en el porqué de la música sino en el «para qué». Si podemos entender qué sentido tiene la música en nuestras vidas es mucho más fácil comprender la evolución del lenguaje de la música a lo largo del tiempo de una manera amena y fácilmente comprensible por todo el mundo.

Juan Gómez Espinosa. En España es necesario que un manual sobre música sea, a la vez, una obra divulgativa, ya que el ciudadano medio arrastra un enorme desconocimiento de lo que es el arte sonoro.



P. Dígales a los siguientes posibles lectores por qué deberían acercarse a su obra: estudiante de ESO o Bachiller; profesor de música; adulto que nunca aprendió música y ahora dispone de tiempo y ganas de hacerlo; y periodista de información cultural.

Alfonso Elorriaga. Porque ¡Música, maestros! intenta ahondar en el sentido profundo que otorgamos a la música que escuchamos, para poder comprenderla de un modo más auditivamente consciente. El desarrollo del oído musical nos abre nuevos horizontes, nuevas emociones, y nos transporta al mundo de lo sutil.

Juan Gómez Espinosa. Un estudiante, un profesor (de lo que sea), un adulto con lagunas musicales, un periodista... deberían acercarse a la música para ahondar en un medio de expresión que barre fronteras, ideologías y creencias. Si se acercan a través de mi libro Didáctica de la música, por mí encantado, ya que en él he tratado de mostrar la docencia musical como una profundización lúdica y dinámica en la expresión humana.



¡Música, maestros! y Didáctica de la música se presentaron el viernes 27 en el espacio UNE de la Librería del BOE (Trafalgar, 27. Madrid). Intervinieron: Ángela Morales Fernández, doctora en Didáctica de la Expresión Musical por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM); y los respectivos autores, Alfonso Elorriaga y Juan Gómez Espinosa.