jueves, 28 de noviembre de 2013

La Edición académica y universitaria en la era digital, vista por Juan Blanco (USC) y Matías Bruera (PLUA)



Juan Blanco (dcha) y Matías Bruera

Juan L. Blanco Valdés, director de Publicaciones de la USC y vocal de la Junta Directiva de la UNE, y Matías Bruera, profesor de Sociología e Historia de las Ideas en la Universidad de Quilmes y responsable de PLUA (Portal del Libro Universitario Argentino), debatieron el pasado 25 de noviembre por espacio de más de hora y media en el fórum "Edición académica y universitaria en la era digital". La mesa redonda tuvo lugar en la Cidade da Cultura de Galicia, Santiago de Compostela, en el seno de Micatlántica, Mercado de las Industrias Culturales Atlánticas, celebrado entre los días 23 a 26 de noviembre y promovido por la Secretaría de Cultura de la República Argentina y la Xunta de Galicia.

Blanco Valdés basó su ponencia en tres ejes: Edición universitaria. Causa y razón; La UNE, historia de un éxito; y La editorial universitaria de Santiago: realizaciones, políticas, proyectos.

Por su parte, Bruera, que se definió como bibliófilo empedernido, poseedor de una biblioteca de más de 12000 libros impresos, inició su ponencia afirmando que el debate libro impreso-libro digital se ha superado, sobre el reconocimiento de su esterilidad. Explicó, en este sentido, que PLUA, con independencia del formato de los libros, tiende a cubrir un necesario espacio de mutua compartición informativa de las universidades argentinas en cuanto a su actividad y producción literaria, intentando poner fin a una estructura de comunicación universitaria en “compartimentos estancos”.

Por otro lado, disposiciones jurídicas muy recientes en Argentina (similares a nuestra Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, de 2011) están incentivando la producción científica, y por ende editorial, de las universidades públicas en acceso abierto. Tal vez, en opinión del ponente, exista por parte de la comunidad investigadora argentina una actitud más positiva de la que puede percibirse en Europa hacia el acceso abierto al conocimiento científico.

Según refirió, las bajas tiradas, los costes de producción, las dificultades logísticas, el incremento de los precios del papel… constituyen, como en Europa, buenas razones materiales para la migración digital, dejando de lado los evidentes réditos de la misma en términos de impacto. En cualquier caso, la preocupación de los editores argentinos, en cuanto productores de contenidos, es llegar a los destinatarios, aumentar el impacto de las investigaciones que publican, fomentar la lectura y, en lo posible, la dinamización y divulgación científica en el más amplio sentido.

Ambos ponentes concluyeron que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa a las editoriales universitarias de uno y otro lado del Atlántico y que, por lo demás, la cohesión que proporciona la unidad idiomática es un valor socio-económico, cultural y científico estratégico, que está en nuestras manos potenciar decididamente con proyectos comunes y de mutuo beneficio.

Información y fotos facilitadas por Juan Blanco.