viernes, 24 de mayo de 2013

Javier Sierra: “Nunca los habitantes del planeta Tierra habían necesitado tanto leer y escribir, para sobrevivir, como hoy”



Javier Sierra (Foto: Fernando Moreno)

  • Entrevista en la revista Unelibros
  • Terminaremos derrotando a la piratería con educación. No hay otra vía y pienso que lo conseguiremos.
  • Si tuviera que empezar ahora, sin duda, me autoeditaría.
Es el único autor español contemporáneo que ha logrado situar sus novelas en el top ten de los libros más vendidos en los Estados Unidos. El ángel perdido fue número 6, en marzo de 2006, en la lista que elabora The New York Times. Solo de esta obra, editada en 42 países, ha vendido más de tres millones de ejemplares. Tiene diez más. En la entrevista que publica la revista Unelibros habla de cómo la tecnología ha alterado el proceso de creación, producción y difusión del libro. Y de lo que se mantiene inalterable.

El perfil del escritor es lo que, a su modo de ver, no ha cambiado: “No creo que la tecnología haya creado un nuevo perfil de escritor. Las buenas historias se construían de la misma manera en el siglo XVIII, en el XIX, en el XX y ahora en el XXI. Otra cosa es que la manera de llevarlas a los lectores sea distinta. Mientras que un escritor del XIX fragmentaba sus novelas en seriales y los entregaba a los lectores en periódicos, como le pasaba a Dickens, en el siglo XXI ese mismo autor propone a los lectores que conozcan su obra a través de las redes sociales, páginas web o de las descargas sucesivas de capítulos. Ha cambiado la aproximación pero no la historia en sí. Cuando tienes algo bueno que contar da igual el entorno analógico o digital”, dice.

Coincide con el estudioso del libro Roger Chartier en que la revolución digital no tiene comparación con ninguna otra de la historia (ni siquiera con la invención de la imprenta) puesto que la de ahora propone no solo nuevos soportes sino nuevos modos de lectura: “Ahora todo va a una gran velocidad y parte de algo que no está ponderado suficientemente: la alfabetización del planeta. Nunca los habitantes del planeta Tierra habían necesitado tanto leer y escribir para sobrevivir como hoy. Dentro de diez años, el panorama actual va a ser casi el paleolítico, esto va a cambiar mucho. Parte de esos cambios van a tener bastante que ver con la tecnología y con la capacidad de llevar nuestros textos formales o informales al resto de personas de esta planeta”, pronostica.

En cuanto a la piratería, la espada de Damocles del sector, asegura que “terminaremos derrotándola con educación. No hay otra vía y pienso que lo conseguiremos. Soy optimista. Si el lector respeta el trabajo del autor, sabe lo que cuesta hacer ese libro, finalmente encontrará la vía de valorarlo y no robarlo. Es cuestión de ética. De honor. De respeto al creador y rechazo a un acto corrupto. Por otra parte, me sorprende esa sensación de escasez que tiene el lector hispano. Conozco a mucha gente que tiene tres o cuatro mil títulos pirateados que ¡ojalá leyeran! pero que no van a abrir nunca. Pasa lo mismo con la música, tienen veinticinco mil canciones que no van a escuchar jamás. Por tanto, hace falta una formación que debe arrancar en hogares y colegios. Desde primaria. Para esto no hay que esperar a bachillerato o la universidad”.

Partidario de la autoedición, afirma: “Si tuviera que empezar ahora, sin duda, me autoeditaría. Sin duda. Vamos, sin duda. Yo, con doce años, hacía fancines sobre temas que me interesaban, los fotocopiaba y repartía entre mis amigos. Tenía una gran necesidad de comunicación. Si a esa edad hubiera tenido al alcance Internet hubiera montado un periódico, una emisora de radio y otra de televisión desde mi cuarto. Por tanto, si tuviera que lanzarme ahora al mundo del libro, optaría ya por la autoedición. Sabría que ese es el primer paso para llegar a las grandes editoriales. Hemos visto ya muchos ejemplos de libros autoeditados que terminan en manos de grandes editoriales. Soy partidario de este camino al ciento por cien”.

La entrevista completa en Unelibros Primavera 2013 (págs. 4-8)